Gestión de residuos electrónicos a nivel global y su impacto en la economía, el medio ambiente y la regulación internacional.

 

  • La gestión de RAEE 

¿Qué es? 

Según informes de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cada año se están generando más de 40 millones de toneladas de residuos electrónicos (RAEE) en el mundo. Dicho problema crece alrededor de un 16% y 18% cada cinco años debido a la creciente innovación tecnológica. Pero, ¿qué son los Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos?

Se tratan de todos esos aparatos que utilizamos en nuestra vida diaria; tales como teléfonos, tablets, frigoríficos, planchas, lavadoras, microondas, secadores de pelo, etc. Cuando estos dispositivos dejan de necesitar de corriente eléctrica, es decir, dejan de funcionar se consideran inservibles y cambian a un estado de basura electrónica. Estos residuos contienen sustancias peligrosas que, aún cuando son necesarias para hacerles funcionar, dañan inmensamente la capa de ozono y son perjudiciales para la salud humana.


Impacto de la gestión inadecuada de residuos electrónicos (e-waste)

Una mala gestión o regulación deficiente de los residuos electrónicos genera múltiples consecuencias negativas, no solo ambientales, sino también sociales, sanitarias y económicas.

Impacto ambiental

  • Vertederos ilegales y exportaciones sin control: En ausencia de regulación, los residuos electrónicos se exportan a países en desarrollo, donde se manejan sin controles ambientales.
  • Contaminación persistente: Componentes como plomo y mercurio  se filtran en agua, suelo y aire, afectando la biodiversidad y el suministro de agua potable.
  • Contaminación del aire: La quema de cables y placas electrónicas libera gases tóxicos (dioxinas y metano), que aceleran el cambio climático.
  • Explotación excesiva de recursos: Al no reciclar adecuadamente, se incrementa la demanda de minería y deforestación para extraer litio, cobre o cobalto.

Impacto en la salud pública

  • Riesgos tóxicos para trabajadores informales: La manipulación sin equipo de protección causa exposición a metales pesados, que afectan pulmones, sistema nervioso y órganos vitales .
  • Quema de residuos peligrosos: Libera sustancias cancerígenas como dioxinas o furanos, contaminando el aire de comunidades enteras.
  • Proliferación de enfermedades: La basura acumulada atrae vectores como ratas o mosquitos, generando brotes de dengue y zika 


 Impacto social y laboral

  • Condiciones laborales precarias: Recicladores informales (incluidos niños) trabajan sin seguridad social, contratos ni equipo adecuado.
  • Exclusión estructural: Falta de políticas para integrar a los recicladores en sistemas formales de reciclaje.
  • Deterioro del espacio público: La acumulación de residuos reduce la calidad de vida en zonas urbanas.

Impacto económico

  • Pérdida de recursos valiosos: Sin reciclaje adecuado, se desperdician materiales como oro, litio o cobre que podrían reutilizarse 
  • Altos costos de remediación: Gobiernos deben gastar millones en limpieza, descontaminación y tratamiento de suelos.
  • Ciudades contaminadas o con paisajes deteriorados pierden atractivo turístico e inmobiliario.

¿Qué regulaciones existen? 

Las regulaciones internacionales y locales de la gestión de residuos se refieren a las normas, leyes y acuerdos que regulan cómo deben manejarse los residuos (basura, desechos tóxicos, electrónicos, industriales, etc.) para proteger la salud humana y el medio ambiente. Estas regulaciones pueden ser de ámbito internacional (entre países) o local (dentro de un país o región).

Gestionar los residuos que se generan en todo el mundo es una medida eficaz para garantizar la salubridad de todos y la sostenibilidad del medioambiente. Se debe destacar que el incremento de la población hace que la producción de residuos aumente en consideración, por lo que, atajar esta problemática es aún más urgente. Una de las mejores soluciones es la cooperación internacional entre todos los países para tratar los residuos y desechos que se generan.

1. Cooperación internacional

Para la gestión de residuos es un enfoque colaborativo entre países y organizaciones para abordar los desafíos relacionados con la generación, el manejo y la eliminación de desechos y desperdicios. Esta cooperación tiene como base la idea de que la gestión adecuada de los residuos es un tema global que requiere soluciones conjuntas y coordinadas.

Cuando se habla de gestión de residuos se suelen englobar varias actividades, como la recolección, el transporte, el tratamiento y la eliminación de desechos. Pero, aunque esta serie de acciones parezcan simples y fáciles, en muchas ocasiones hay países que no pueden llevarlas a cabo porque carecen de la infraestructura necesaria y los recursos económicos. Así que la cooperación internacional y la ayuda mutua entre los países es crucial para resolver correctamente esta problemática. Algunos ejemplos sobre convenios internacionales para la regulación de residuos internacionalmente son:

• Convenio de Basilea (1989):

El Convenio de Basilea tiene como objetivo reducir al mínimo la generación de desechos peligrosos y su movimiento transfronterizo, así como asegurar su manejo ambientalmente racional, para lo cual promueve la cooperación internacional y crea mecanismos de coordinación y seguimiento.

Fue adoptado por la Conferencia de Plenipotenciarios el 22 de marzo de 1989, mediante la firma de 116 países. Las disposiciones generales fueron adoptadas el 5 de mayo de 1992, fecha de la entrada en vigor de este instrumento. Es el más antiguo en materia de residuos peligrosos y sustancias químicas.

• Convenio de Estocolmo (2001):

El Convenio de Estocolmo es un tratado internacional que tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de los contaminantes orgánicos persistentes (COP). Fue adoptado en 2001 y entró en vigor en 2004. El Convenio de Estocolmo establece medidas para:

o Eliminar o restringir la producción, utilización, importación y exportación de COPs.

o Reducir las liberaciones no intencionales de COPs.

o Gestionar de forma segura las existencias y residuos que contienen COPs.

o Fomentar la sustitución de COPs por alternativas más seguras.


• International Convention for the Prevention of Pollution from Ships (MARPOL) (1997):

Este convenio, y sus seis anexos, abordan la contaminación por hidrocarburos de los buques, así como de las sustancias nocivas transportadas por mar. En particular, MARPOL (Anexo V), prohíbe la descarga de todos los desechos en el mar, a menos que esté permitido explícitamente. Entre otros desechos, MARPOL incluye los desechos electrónicos generados durante la operación normal de los buques.

• Minamata Convention on Mercury (2013):

Este tratado tiene como finalidad proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos del mercurio. El convenio hace énfasis sobre los amplios usos del metal en objetos cotidianos que se libera a la atmósfera, el suelo y el agua, siendo un factor clave el control de estas liberaciones contaminantes.

• Paris Climate Agreement (2015):

Este acuerdo tiene como objetivo fortalecer la respuesta global a la amenaza del cambio climático. Reconoce que estilos de vida y patrones sostenibles de consumo y producción, con el liderazgo de países desarrollados son vitales para control del cambio climático.

Por otro lado, en relación con Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que pon medidas adoptadas por los líderes mundiales para proteger el planeta, luchar contra la pobreza y tratar de erradicarla con el objetivo de construir un mundo más próspero, justo y sostenible para las generaciones futuras.

El ODS número 12 de Producción y consumo responsable en el que las empresas juegan un papel clave para cumplir este Objetivo. Esta Ley establece la reutilización de productos y prohíbe la destrucción de excedentes basándose en los principios de la economía circular. La economía circular es el modelo económico lineal basado en “extraer, producir, consumir y desechar” es una de las principales causas de la degradación del medioambiente y del calentamiento global. Pero esta Ley también impacta sobre el ODS 3 de Salud y bienestar, en normas como la relativa a la retirada del amianto y la posibilidad de prohibición del tabaco en las playas, y en el ODS 13 de Acción por el clima, ya que todas las medidas redundarían de forma positiva en este Objetivo.

También se encuentran muchos puntos en común de esta nueva Ley con los principios referentes al medioambiente. Según el Principio 7, “Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente”, y, según el principio 8, “Las empresas deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental”. Desde la entrada en vigor de la Ley tras su publicación en el BOE veremos nuevas iniciativas de las empresas para promover la responsabilidad ambiental y fomentar la economía circular.

2. Ley General de Residuos

La Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos es una normativa que establece las disposiciones generales para un manejo óptimo de los residuos en México. Fue publicada en el Diario Oficial de la Federación en 2003 y ha sido modificada en varias ocasiones desde entonces; tiene como objetivo principal promover la reducción, reutilización, reciclaje y tratamiento adecuado de los residuos.

La ley puntualiza que existe una responsabilidad conjunta entre los generadores, consumidores, empresas prestadoras de servicio y de las autoridades gubernamentales para lograr un manejo de los residuos:

o Económicamente factible

o Ambientalmente eficiente

o Tecnológicamente viable

Con este objetivo, en la ley se hace una división precisa sobre los tipos de residuos y el plan de manejo más adecuado para los mismos.

• Condiciones generales del manejo de los residuos

La Ley General de Residuos establece las bases generales para la elaboración de planes de manejo y puntualiza las condiciones con las que deben tener los residuos para que sean sometidos a los procedimientos necesarios para lograrlo:

o Sus materiales tienen un elevado valor económico.

o Poseen sustancias bioacomulables y tóxicas persistentes.

o Representen un alto riesgo ambiental.

• Responsabilidades de los generadores de residuos

La ley también establece las responsabilidades de los generadores de residuos, es decir, las personas o empresas que los producen. Estas responsabilidades incluyen la separación y clasificación adecuada de los residuos, su almacenamiento temporal, su transporte y su disposición final en lugares autorizados. Los generadores de residuos peligrosos tienen responsabilidades adicionales, como la obtención de un registro ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

3. Normas Oficiales Mexicanas (NOMs)

• NOM-052- SEMARNAT -2005: Esta norma mexicana establece un método de preparación de muestras en el laboratorio para su análisis (identificación de residuos peligrosos).

• NOM-161-SEMARNAT-2011: Establece los criterios para la clasificación y especificaciones de los residuos de manejo especial.

• NOM-087-SEMARNAT-SSA1-2002: Establece los requisitos para la gestión de residuos de manejo especial generados en establecimientos de servicios de salud.


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